Mi confrontación con la docencia

Hablar de las experiencias profesionales es reconstruir lo vivido en las aulas, con los alumnos y compañeros de trabajo, aunque es una tarea difícil, resulta importante, ya que nos permite darnos cuenta de los aciertos y errores que se han tenido, con el propósito de mejorar nuestras prácticas educativas.

Como se mencionaba en el texto anterior, el ser maestra nace en mí por vocación, por el interés propio por enseñar a los niños, a los adolescentes. Quizá esto, fue resultado de las maestras que tuve cuando cursé la primaria, puesto que eran personas que en realidad se interesaban por sus alumnos, porque aprendiéramos y no solo por cubrir un horario o cobrar algún sueldo.

Gracias a ese gran ejemplo y al incansable interés de mis padres por hacerme una persona preparada, fue como opté por ser maestra.

Inicié mis labores en octubre de 2000, en un grupo multigrado, atendiendo 1º y 2º grados. Aun recuerdo que llegué a la escuela sin saber que hacer y me preguntaba donde habían quedado mis estudios, mi preparación. En ese momento es cuando en realidad te enfrentas a la situación problemática de la labor educativa, pues la enseñanza en la institución se quedó muy lejos de la realidad.

Desafortunadamente, no siempre te encuentras con personas dispuestas a ayudar y te ves en la necesidad de buscar por tus propios medios, la forma de iniciar tu trabajo con los alumnos. A pesar de ello, estas desagradables situaciones te hacen valorar tu profesión y te hacen reflexionar en el enorme esfuerzo por ser mejor cada día y no actuar de esa manera.

Ahora entiendo, la importancia del plan que se realizó un año después de que ingresara a la Normal, donde las alumnas siendo aun estudiantes, se involucran casi un ciclo escolar completo en una escuela y de alguna manera, observan, viven y adquieren algunas responsabilidades, que en su momento les parecen un abuso, que quizá posteriormente agradecerán.

Estas experiencias del ser docente, hacen pensar y reflexionar en el compromiso que se tiene día a día, en cada momento, con los alumnos, con los padres, con los compañeros de trabajo; razón que da origen a estar en constante actualización, para hacer de esta profesión una práctica eficiente y efectiva que se vea reflejada en alumnos igualmente eficientes, efectivos y sobre todo, competentes.

Por lo anterior, considero que nuestro papel como formadores, como mediadores del aprendizaje y la enseñanza en el quehacer educativo, nos exige un trabajo de calidad, de innovación continua, basado en valores y principios éticos que rigen toda labor que se desempeñe.

En los pocos años de experiencia en esta difícil tarea, es grato compartir algunas satisfacciones que se han obtenido, tales como: el conocer y poder interactuar con tantos niños y compañeros de trabajo, el enriquecimiento de conocimiento a través de la acción compartida en diversos cursos-talleres, el reconocimiento de los padres de familia por la labor hecha con sus hijos, el ayudar a los demás aun con mi poca experiencia, los resultados de evaluación de algunos grupos, etc.

Pero no todo en esta corta experiencia es de satisfacción, pues se han vivido situaciones contrarias, entre las que podemos mencionar: las dificultades presentadas en el momento de enseñar, observar que la didáctica utilizada aburre a tus alumnos, ser considerada por éstos como maestra regañona, no obtener resultados esperados a pesar de los esfuerzos, etc.

A pesar de toda esta experiencia, de los malos momentos, de lo difícil que se hace a veces la enseñanza, seguiremos trabajando en pro de la niñez, y como ciertamente señala Aebli (1988) en Los relatos de las experiencias escolares, La competencia didáctica se constituye a partir de comportamientos elementales que ha desarrollado en la vida diaria y se van diferenciando a partir de actividades que cualquier persona despliega en contacto con los demás. Por ello la importancia de compartir nuestras experiencias con todos ustedes.

Cabe señalar que es difícil narrar todo lo que has vivido, pero casi siempre incorporas lo más relevante que ha dejado huella en tu vida. Esta reconstrucción hecha, permite reflexionar nuestra labor y al mismo tiempo, identificar las diferentes problemáticas que se han presentado y de qué manera se han solucionado.

Por último, me gustaría citar algunas palabras de la lectura Los relatos de experiencias escolares en la formación docente, donde atinadamente Marisa Fernández y Paula Ramírez, autoras de éste, señalan que la docencia nunca es neutra, pues se tiene que optar por la concepción de qué es enseñar, aprender, ser profesor, ser alumno, educar…, ya que esto de cierta manera definirá nuestro quehacer educativo y tomaremos decisiones conscientes, sobre el tipo de docente que queremos seguir siendo.